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Supervivencia en la Feria del libro

Supervivencia en la Feria del libro
05/06/2024 Juan Solo
Supervivencia en la Feria del Libro de Madrid - Juan Solo - Autor - Escritor - Actor - Monologuista - Firma de libros

Supervivencia en la Feria del Libro

Tras una década firmando en la Feria del libro de Madrid me siento capacitado para compartir con vosotros esta clasificación de visitantes que he ido elaborando a lo largo de los años. He contrastado los datos con otros autores y coinciden con mi visión.

Es importante saber qué te vas a encontrar para sufrir lo menos posible porque los escritores también tenemos nuestro corazoncito. 😊

Supervivencia en la Feria del Libro de Madrid - Juan Solo - Autor - Escritor - Actor - Monologuista - Firma de libros

 

Como el mundo está un poco alterado, así en general, vaya por delante que este artículo está escrito en clave de humor y solo pretende reflejar el inmenso cariño y respeto que sentimos por todas aquellas personas que nos honran con su visita, año tras año.

Estos son los principales visitantes que vas a encontrarte

Los paseantes 

Recorren la Feria a cierta velocidad y guardan una distancia prudencial con las casetas, como si fuéramos a saltar sobre ellos. Algunos se paran y te sacan una foto, no sabes si porque te conocen o para buscar después quién eres. La lluvia o el calor excesivo los ahuyentan.   

Compradores eficientes

Se acercan a tu caseta, van directos a tu libro, lo hojean brevemente y te piden que se lo firmes. Son rápidos y eficientes. Los escritores los queremos y los responsables de las casetas los adoran. ¿Cómo podía ser de otra manera?

Compradores titubeantes

No acaban de decidirse, curiosean tus libros con interés, te preguntan cuál les recomendarías, quieren saber si tienes uno favorito… Yo suelo contestar que son mis hijos y que, como padre, los quiero a todos por igual. A veces cuela. 😉

Estos visitantes nos hacen sentirnos importantes. Al fin y al cabo, la Feria está pensada para que lectores y autores se conozcan. También los queremos mucho.

Interrogadores

Este tipo de visitante siempre es complicado de manejar. Te bombardea a preguntas como si estuvieras en un interrogatorio policial; tienes la incómoda sensación de encontrarte bajo sospecha. Sabes que cualquiera de tus respuestas puede truncar la posible venta. Porque también se trata de eso, para qué vamos a engañarnos.

Preguntas (reales) que me han formulado a lo largo de los años:

  • ¿Por qué comenzaste a escribir?
  • ¿Tú no sales también en la tele? (esto puede ser bueno o malo)
  • ¿Prefieres escribir de día o de noche?
  • ¿Oyes música cuando escribes?
  • ¿La escritura da para vivir? (aquí contesto que yo vivo para escribir)
  • ¿Pones cara a tus personajes?
  • ¿Cuáles son tus escritores favoritos? (lo prudente es citar a autores que no conozca nadie para que no establezcan comparaciones con los que les gustan a ellos, o bien desmarcarte con una respuesta pintoresca tal que “Sófocles”)

Lectores satisfechos

Si no presentas novedad en la Feria, como es mi caso este año, siempre hay lectores que se acercan para saludarte y agradecerte cuánto disfrutaron con algo de lo que escribiste. Es una experiencia maravillosa. Te hacen sentirte orgulloso y, en mi caso, inmensamente feliz.

Nadie se ha molestado en buscar la caseta en la que estaba firmando para echarme en cara que una de mis novelas no le gustó. No porque la totalidad de mis lectores se quede encantada con mi trabajo (ojalá sea así), sino porque las personas somos, por lo general, bastante educadas. Y las que no lo son, no leen.

Los que manosean los libros

Cogen un ejemplar, lo estrujan, doblan la cubierta hacia atrás, se les cae al suelo…  En definitiva, tratan tus libros como si fueran melocotones en un puesto de fruta. Te hacen sufrir y, por lo general, nunca se los llevan. Estos visitantes son temibles en días de lluvia porque, además de manosear los libros, los empapan dejándolos inservibles.

Los que buscan matar el rato

Las primeras veces te dejan desconcertado pero, con el tiempo, te acabas acostumbrado a su actitud. Son más comunes de lo que puedes pensar; a mí siempre me tocan dos o tres por día. Se las apañan para ocupar el máximo espacio posible y te monopolizan bloqueando el acceso a otras personas que pudieran estar interesadas en hablar contigo. Te dan conversación, te plantean cuestiones difíciles de contestar de manera sencilla como ¿qué te sirve de inspiración a la hora de escribir?, te confiesan que buscan lectura para el verano y, finalmente, acaban pidiéndote que les recomiendes una de tus novelas. Tú lo haces, basándote en sus gustos, te lo agradecen de manera efusiva y se marchan por donde han venido (sin el libro) y después de diez o quince minutos de conversación. En definitiva, se aburrían y te han elegido a ti para que los entretuvieras.

Los de “ahora vuelvo”

Son una variante de los anteriores; en lugar de marcharse de manera abrupta, te dicen que van a dar una vuelta y que volverán después a comprar el libro. Para resultar creíbles te preguntan hasta qué horas estarás firmando. Casi nunca vuelven por tu caseta.

Los que no te esperas

También hay personas maravillosas que se presentan con obsequios (a mí me han regalado flores, dibujos, comida, un abanico y una sopa de letras elaborada con personajes de mis novelas). Otros te regalan historias fabulosas en las que uno de tus libros jugó un papel destacado. A estos seres de luz los llevamos el resto del año en nuestro corazón.

Estos son los horarios en los que firmaré en la presente edición de la Feria del libro

¿Qué tipo de visitante vas a ser tú? 😉

Supervivencia en la Feria del Libro de Madrid - Juan Solo - Autor - Escritor - Actor - Monologuista - Firma de libros

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