Los sueños se cumplen en el Mundo Piruleta…
Seguro que has visto alguno de esos programas en los que se nos muestra la vida de personas de nuestra misma ciudad que se marcharon al extranjero. Todas han triunfado, tienen una casa de ensueño, un trabajo envidiable y un día a día que para sí lo quisieran muchos de los que aparecen en las revistas del corazón.
Siempre hay dos líneas recurrentes en el guion:
Se fueron a buscar trabajo
Aquí no tenían ninguna salida laboral. Pero en su nuevo destino son los reyes del mambo. Ganan cuatro veces más, la empresa les paga la guardería, cuentan con un seguro médico completo y disfrutan de una jornada laboral reducida. Eso sí, ganan cuatro veces más que aquí.
Y no olvidemos a los emprendedores que han montado su propio negocio
Antes trabajaba como pintor en una compañía de seguros. Echaba un montón de horas extra y apenas le llegaba para pagar el alquiler. En el Caribe tiene su propio catamarán con el que hace excursiones y una academia de surf. Solo trabaja los fines de semana y algún día suelto. Pero porque le apetece.
Estos triunfadores se han comprado una casa espectacular que, por supuesto, viene con un marido que se parece a Thor o una esposa de infarto.
Se fueron buscando el amor
Por un lado, están los que se enamoraron de alguien y siguen con esa persona por la que lo dejaron todo. Son felices hasta el empalago y, por supuesto, una casa magnífica con dos niños de anuncio. El marido habla poco, pero es muy simpático.
Pero a veces el amor no cuaja
Estos otros, lejos de venirse abajo, resurgieron de sus cenizas y se compraron una mansión de catálogo con el sueldo increíble que les pagan por dar clases de español.
Cuando ves estos programas, (no sé por qué en mi caso suele ser de madrugada), te preguntas: ¿A nadie le va, no ya mal, sino solo regular? ¿A ninguna de estas personas les ha dado por pensar que Escocia es muy bonita pero no para de llover? ¿O que Noruega es muy civilizada, pero se hace insoportable que a las tres de la tarde ya sea noche cerrada?
¿Ninguno está deseando volver?
No puedo afirmar que no se haya dado el caso, pero yo no lo he visto. Un poco de realidad no vendría mal, para variar. Todo sería más creíble si alguno de estos aventureros acabara confesando ante la cámara que echa de menos la vida que dejó atrás y que está ahorrando para regresar en cuanto pueda.
Los cómicos hemos sacado mucho partido a este tipo de programas
Llegan a resultar tan irreales que rozan el absurdo. De ahí nació la idea de grabar este video.
Mi amigo el cómico David Navarro (de Jaén, Jaén) me preguntó si la casa que vais a ver la había construido yo para el vídeo. Os aseguro que no, pero tiene una historia; pertenece a un hombre que vive en la playa. Cuando pasamos por delante, estaba haciendo ejercicio junto a la orilla. Una hora y media más tarde, regresamos: el tipo se había metido dentro de una charca para meditar. Como sé que no me vais a creer, aquí os aporto la foto.
Aprovechando su concentración ascética, y que se encontraba a más de doscientos metros de distancia, grabé el video en sus “posesiones”.